Hola de nuevo a todos!
Aunque no pueda actualizar tan a menudo continúo cocinando, experimentando y mirando todas las cocinas que me gustan y hoy
por fin os presento estos pretzel suaves, cuyo detalle más característico en mi opinión es que previo al horneado se sumergen en una mezcla de agua y bicarbonato sódico que les da un característico color marrón y un especial sabor.
Vamos con un poco de
historia de este pan... las fuentes difieren en el tiempo y lugar del origen de este tipo de pretzel pero su uso en los emblemas de productos de panadería en el sur de Alemania está documentado al menos desde el año 1.111.
Su nombre proviene de la
palabra alemana brezel, derivada del latín bracellus, que significa brazo pequeño y este nombre se debe a que la forma de este panecillo recuerda a dos brazos entrelazados.
La primera representación de un pretzel se encuentra en el manuscrito medieval Hortus Deliciarium, elaborado por la Abadesa Herrada de Landsbergen en Alsacia. Era una enciclopedia con bellas
ilustraciones
, siendo en gran parte un compendio de los conocimientos del siglo XII. En una de las miniaturas de este códice aparece la escena de un banquete y sobre la mesa se observa un bretzel a la derecha del rey.
imagen extraída de: http://es.wikipedia.org/
En Estados Unidos son también
muy conocidos pero son muy distintos a los pretzel suaves y se denominan pretzels duros ya que son tipo galleta, finos y crujientes, y no se les baña en agua con bicarbonato. Los pretzels suaves tradicionalmente son del tamaño de una mano mientras que los duros son pequeños, de unos 3 o 4 mm de espesor.
Los pretzels duros son también consumidos cubiertos de chocolate, o como palitos de pretzel con una capa de caramelo o yogur.
Ingredientes (salen unos 12)
360 ml agua templada
1 paquete de levadura seca de panadería
1 cucharadita azúcar moreno
630 gr harina
2 cucharaditas de sal
1,5 l de agua
60 gr bicarbonato
Para la superficie, sal gruesa y semillas de sésamo (también se les puede poner semillas de lino, de amapola, pipas, etc)
En el fondo de un bol grande disolver en el agua templada la levadura y el azúcar. En otro cuenco juntar la harina y la sal.
Poco a poco ir añadiendo la harina en el bol donde tenemos el agua con la levadura y el azúcar disuelta removiendo constantemente
Continuar removiendo hasta que la mezcla esté suave, amasando unos 4-5 minutos. Formar una bola, engrasarla con un poco de aceite y dejarla reposar en un bol tapado con un plástico de cocina durante 1 hora.
Una vez pasado este tiempo comenzar a formar los pretzels. Os dejo esta guía que resulta muy útil para ver los pasos:
imagen extraída de: http://bread.pbworks.com/
Mientras dejamos reposar un momento los pretzels preparar una bandeja de horno con un papel sulfurizado por encima y echar sal gorda y semillas de sésamo sobre éste.
Poner el agua al fuego en una olla baja y amplia o en una sartén grande. Añadir el bicarbonato y llevar hasta que hierva suavemente.
Con cuidado echar el pretzel en el agua y contar hasta 30. Hay que tener un poco de maña para que mantengan la forma pero con un poco de práctica os saldrá. En esos 30 segundos el pretzel irá subiendo y flotará. Lo sacamos con una espátula y lo dejamos sobre la bandeja de horno. Espolvoreamos la parte superior del pretzel con sal y sésamo.
Hornear a 230º durante 8-10 minutos, hasta que estén doraditos. Ya veréis qué color más bonito tienen y sin necesidad de pincelarlos con huevo.
Advertencia, son para comer el mismo día porque se van quedando duros. En alguna receta dicen que se pueden congelar después de horneados pero yo no lo he probado todavía.