galletas de chocolate y aroma de azahar



La tarde de ayer tenía ganas de hacer algo dulce y estuve buscando una receta de galletas. La encontré en el estupendo blog el monstruo de las galletas y además de regalo me llevé su reflexión sobre el tiempo dedicado a uno mismo.

Así que eso mismo hice yo y me metí en la cocina en la que al principio hacía un poco de frío pero que en poco tiempo se llenó de azúcar, harina, aroma de azahar y del reconfortante calorcito del horno encendido...

Y si encima de pasar un par de horitas relajada y en tu mundo salen unas galletas ricas... ¿qué más se puede pedir?. Son muy fáciles de hacer y estupendas para acompañar la sobremesa o para el desayuno... con decir que a esta hora ya no queda ni una sola.

Feliz semana a todos! :)

Ingredientes (20 galletas)
150 gr harina
60 gr mantequilla
50 gr almendra molida
50 gr azúcar
1 yema de huevo
1 y 1/2 cucharada de aroma de azahar
100 gr de chocolate para cobertura

Mezclar en un bol la harina con la mantequilla que deberá estar a temperatura ambiente.

Echar la almendra molida y el azúcar y mezclar con una cuchara de madera o con las manos.

Añadir ahora la yema de huevo y el aroma de azahar y volver a mezclar.

Una vez integrados todos los ingredientes intentamos hacer una bola con la masa, la estiramos un poco, la pasamos a un film y le damos forma de cilindro quedando envuelto por el film. Yo no conseguí hacer un cilindro perfecto y me quedó más achatado pero no es problema, no os preocupéis. Dejamos reposar en la nevera por lo menos 1 hora para que endurezca un poco.

Transcurrido el tiempo sacamos de la nevera, retiramos el film y cortamos rodajas de medio centímetro más o menos.

Las vamos pasando a la bandeja con papel de horno y las hornearemos a 170º durante 10-12 minutos. No dejéis que se doren mucho que están más ricas blanquitas así que si es necesario bajáis un poco el fuego.

Cuando estén hechas las dejamos enfriar antes de darles la cobertura de chocolate.

Para la cobertura derretimos el chocolate al baño maría y vamos sumergiendo las galletas de una a una hasta la mitad y las dejamos enfriar totalmente sobre papel de horno para que el chocolate endurezca.

sopa de ajo



Me encantan las sopas y hay que ver cómo reconfortan cuando hace frío. Esta es una de las más sencillas de preparar y con muy pocos ingredientes se puede conseguir una sopa tradicional y deliciosa.

Confieso que me encanta el ajo y el picante y esta receta tiene ambos y en buena cantidad así que si queréis podéis variar las cantidades de estos ingredientes para hacerla más a vuestro gusto.

Ingredientes
1 l. de caldo de jamón
9 ajos
100 gr. de jamón serrano en lonchas finas
1 trozo de pan del día anterior
1 cucharadita de pimentón dulce
1 cucharadita de pimentón picante
sal

Primero podemos preparar los ingredientes para tenerlos a mano ya que después la sopa se hace en un momento.

Pelamos los ajos y los fileteamos gruesamente.

Vamos cortando con unas tijeras trocitos de jamón que yo prefiero utilizar en lonchas finas ya que para mi gusto queda más delicado que en tacos.

El pan lo cortamos en rebanaditas finas, no importa que se rompa.

En una olla ponemos 2 o 3 cucharadas de aceite a calentar a fuego muy bajo y echamos los ajos para que se hagan lentamente. No dejaremos que se doren demasiado, sólo que tomen un poco de color.

Cuando ya estén hechos los ajos echamos el jamón en la olla y removemos con una cuchara de madera.

Lo siguiente será echar el pan y volver a mover todo. Cuando el pan esté un poco doradito echamos una cucharadita de pimentón picante y otra de pimentón dulce, un poco de sal y removemos con premura para que no se queme el pimentón.

Una vez esté todo removido echamos el caldo de jamón. También podemos echar agua pero tendrá menos sabor, y si no tenéis caldo de jamón hecho, de todos los que se comercializan os recomiendo fervientemente el de la marca Aneto que me parece excepcional.

tarta de zanahoria



Hoy os traigo una de mis tartas preferidas y para mí un descubrimiento sorprendente en su día. Y es que la primera vez que me la dieron a probar torcí un poco el morro pensando "¿zanahoria? ya verás que esto va a saber a verdura y no me va a gustar" y madre mía, estaba deliciosa!

Me encanta por la suavidad y humedad que le da la zanahoria y el sabor dulce pero no excesivo que hace que sea una tarta nada empalagosa. El relleno le da también un punto de contraste de lo más interesante con esa pequeña acidez del limón y en mi opinión no debería faltarle nunca.

Espero que os guste :) besos a todos!

Ingredientes
225 gr harina
1 cucharadita de levadura
150 gr azúcar moreno
50 gr azúcar blanco
240 ml aceite
3 huevos
cáscara rallada de una naranja
1 cucharadita de canela
1 cucharadita de jengibre rallado
2 zanahorias grandes ralladas o trituradas en un robot
90 gr nueces picadas

Para el relleno
200 gr queso crema (puede ser tipo de los de untar o mascarpone.. el que más os guste)
zumo de medio limón
90 gr azúcar en polvo

Mezclar el azúcar, el aceite y los huevos. Añadir la ralladura de cáscara de naranja, la canela y el jengibre rallado.

Juntar la harina con la levadura y tamizar por encima de la mezcla húmeda anterior. Remover hasta que esté todo bien mezclado.

Añadir a la mezcla las zanahorias previamente ralladas o trituradas en un robot y las nueces que también hemos picado. A mí me gusta dejar unas cuantas casi enteras para encontrármelas luego como un regalo cuando se toma la tarta.

Para esta tarta suelo utilizar un molde de unos 18 cm de diámetro porque me gusta que quede más bien alta. Untamos el molde con mantequilla, enharinamos y vertemos la mezcla.

Precalentamos el horno a 180º y horneamos de 1 hora a 1 hora y cuarto, probando que esté hecha insertando un pincho hasta que salga limpio.

Una vez fuera del horno dejamos reposar hasta que se enfríe.

Mientras se hornea la tarta podemos ir preparando el relleno. En mi caso y para hacerla más ligera sólo la relleno pero podéis utilizar esta mezcla, doblando las cantidades de los ingredientes, para hacer también el glaseado y cubrir toda la tarta.

Mezclamos el queso crema, el zumo de limón y el azúcar. Lo reservamos en la nevera.

Cuando la tarta se haya enfriado la cortamos por la mitad y untamos con la mezcla de queso.